Irrespeto, irreverencia y falta de pertenencia es lo que reflejan aquellos que cinco minutos después de haber entregado el periódico escolar lo dejaron es este estado.
Los que vivimos la situación coincidimos en lo mismo “lo que no nos cuesta hagámoslo fiesta”, el periódico escolar representa la imagen del colegio, el trabajo arduo de docentes, estudiantes y gran parte de una comunidad, pero es muy triste encontrase que unos pocos pisotean ese arduo e importante trabajo escolar.
¿Por qué callarse y permanecer impávidos ante los groseros e irreverentes?, acaso son más, su grosería no empañara nuestro camino rumbo al éxito institucional.
El periódico escolar debe convertirse en todos los grados en un recurso pedagógico y debe tener un valor para todos, la gratuidad en estos casos en un total desacierto.
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